Envenenó a su novio y convivió por varios días con el cadáver

En el barrio de Engenho Novo, al norte de Río de Janeiro, en Brasil, un macabro crimen dejó impactados a todo en el país. Una mujer llamada Julia Andrade Cathermol Pimenta fue acusada de asesinar a su novio, Luiz Marcelo Antônio Ormond, mediante envenenamiento con una trufa típica brasileña conocida como brigadeirão. Tras cometer el crimen, la mujer convivió con el cadáver de su pareja durante varios días realizando su rutina diaria como si nada hubiera ocurrido.

El mal olor proveniente del apartamento de Luiz Marcelo fue lo que alertó a los vecinos, que contactaron a los bomberos. Al ingresar al lugar, encontraron el cuerpo del empresario en avanzado estado de descomposición, sentado en un sillón. La escena fue perturbadora, y los bomberos inmediatamente llamaron a la policía.

«El olor era insoportable. No podíamos creer lo que encontramos al abrir la puerta», declaró un vecino a los medios locales. Los oficiales encontraron paquetes de morfina y dos ventiladores que soplaban hacia una ventana abierta, un intento fallido de disimular el olor del cadáver en descomposición.

La investigación reveló que Julia había planeado meticulosamente el asesinato de su novio. Según los informes, utilizó una trufa brasileña combinada con veneno para hacer el crimen. Los vecinos recordaron haber visto a la pareja por última vez en la piscina comunitaria del complejo de apartamentos. Las cámaras de seguridad mostraron a Luiz Marcelo y Julia en un elevador donde el empresario comenzó a toser de una forma exagerada.

«Fue un fin de semana normal. Los vimos en la piscina y luego en el ascensor. Él parecía sentirse mal, pero nunca pensamos que fuera algo tan grave», comentó otro residente del edificio.

El informe forense confirmó que Luiz Marcelo había ingerido un brigadeirão envenenado. Las trazas de chocolate líquido en su estómago fueron pruebas irrefutables. La policía también descubrió que Julia tenía una deuda de dinero con una “mentora espiritual” llamada Suyane Breschak, que fue arrestada tras el asesinato de Luiz Marcelo, ya que poseía un automóvil y una computadora del empresario.

«Julia me debía una gran suma de dinero por consultas espirituales y trabajos. Ella mencionó que había envuelto el cuerpo en sábanas y mantas y había encendido ventiladores porque el olor era insoportable», confesó Suyane durante el interrogatorio.

Además, Breschak admitió que Julia había usado lejía para limpiar el apartamento en un intento de enmascarar la descomposición del cadáver.

«Nos parece que ella lo estuvo dopando durante algún tiempo y, en cierto momento, decidió acabar con su vida para poner en práctica su plan criminal y lograr su objetivo de apoderarse de sus bienes», declaró el investigador Marcos Buss a O Globo».

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