Detenido médico por muerte de madre e hijo en embalse El Pao

Al parecer Evelin y su hijo de 8 años, no murieron por inmersión en el embalse El Pao – La Balsa, en el estado Cojedes. Y un médico valenciano fue detenido por ambas muertes. Las autopsias revelaron otra causa de muerte.

El pasado sábado 15 de junio, Haisa Su Evelin Arias Delgado, de 40 años de edad, su hijo Luciano Ignacio Sepúlveda Arias, de 8 años, salieron de San Diego, en Carabobo, de paseo al embalse El Pao – La Balsa. El plan presuntamente, era pescar. Iban en compañía del médico oftalmólogo (pareja de la mujer) y un hermano de este.

De acuerdo a la versión del médico valenciano, que quedó grabada en una llamada telefónica, los tres estaban en una lancha, reseñó el diario El Carabobeño.

Hacía calor, y el pequeño Luciano supuestamente quiso entrar al agua. La condición fue que se pusiera flotadores y siempre estuviese agarrado de la embarcación.

Según su versión, el niño se soltó y su madre saltó al agua para ayudarlo. Al ver la escena, el médico oftalmólogo, se habría lanzado también para sacarlos, pero no podía con los dos y volvió al bote para intentar subirlos. Al regresar ya no estaban. Se habían ahogado.

Al lugar llegaron comisiones de Protección Civil El Pao. Y cuatro horas más tarde encontraron los cuerpos. Sin embargo, Luciano no tenía flotadores, según información que recibieron familiares.

AUTOPSIAS REFUTAN VERSIÓN

La autopsias de ambos cuerpos que familiares dieron a conocer señalan que Evelin murió primero y Luciano después. Además, destacan que la causa de muerte de ambos fue por asfixia mecánica.

De esta manera, el giro de la historia toma otro rumbo. Y funcionarios del CICPC Cojedes dejaron detenido al médico valenciano y a un hermano de éste, que también estaba en el paseo.

En las próximas horas, se espera que el oftalmólgo y su hermano sean presentados en tribunales.

Es preciso destacar que la familia exige que tras el juicio sean privados de libertad por los hechos.

Trascendió que Evelin Arias era comerciante. Los últimos dos años de su vida los compartió con el médico, con quien mantenía una relación.

Luciano es recordado como un niño risueño. Estudiaba en el colegio El Santuario, en San Diego. La familia y amigos aún no pueden creer lo que sucedió.

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